Viernes 11 de Julio 2019;
Suena el despertador a las 5.30, con la rutina habitual de todos los días me voy a trabajar. Estoy tranquilo, creo que tengo todo bajo control.
Hoy a las 18.00es la salida de la Ehunmilak (ultra Trail de 168 kilómetros, 11.000 metros de desnivel positivo), y estaré en la linea de salida de Beasain.
Después de una jornada laboral de ocho horas, llego a casa con la idea de comer y dormir un rato. En casa ya se han encargado de prepararme mucho hidrato de carbono, el silencio y la tranquilidad para poder descansar. Pero los nervios (que ya empiezan a asomar), no me dejan pegar ni ojo.
Repaso la mochila, ropa, comida, batería móvil, etc... y sin darme cuenta me voy para Beasain sin dormir ni un minuto.
Al llegar saludo a varios conocidos, algunos también estarán en la salida, otros vienen a disfrutar desde la barrera, (que por cierto es espectacular). Gente, mucha gente, ruido, movimiento arriba y abajo, últimos preparativos, últimos consejos y se escucha por megafonía que los participantes debemos entrar en el recinto de salida, el corral (como lo llamo yo).
Los nervios aumentan, las pulsaciones se disparan y después de pasar el control de material obligatorio, entro en la plaza San Martin de Loinaz de Beasain junto con otros 500 participantes a la espera de que den las 18.00.
Estoy nerviosísimo, creo que me va a dar algo, intento identificar a alguien entre el publico, veo a mi hermano Boris. El ha sido el que me ha traído hasta Beasain, me ha dado ánimos, últimos consejos y también ha intentado tranquilizarme. Nos mandamos un saludo mutuo y desconecto del exterior.
Saco el móvil y comienzo ha hacer fotos a los demás participantes, entonces me doy cuenta de que los nervios solo no los tengo yo.
Estoy tan nervioso que no oigo el discurso de salida dado por la organización, solo el toque de Txalaparta y el Aurresku hace que vuelva a conectar con el momento y la situación, y con una cuenta atrás de 10 segundos...… arranca mi Ehunmillak con 168 kilómetros por delante.
Salgo corriendo por las calles de Beasain. en donde no cabe ni un alfiler, muchísima gente, es impresionante, y como por arte de magia los nervios desaparecen.
Después de unos kilómetros en grupo y con algunos tapones, poco a poco nos vamos estirando. No tengo ninguna estrategia a seguir, el objetivo es llegar, pero me iré poniendo metas en cada control, donde iré valorando la situación.
Zumarraga, kilometro 20; No se porque pero llego bastante nervioso, Boris me espera y después de un ratico de charla salgo hacia Azpeitia, en la cima de Irimo empieza a anochecer. Voy solo, no me importa, me gusta la soledad, donde me encuentro muy a gusto, veo frontales adelante y también detrás. me pasan y paso participantes, pero decido hacer la noche solo.
Gorla, Madarixa, Xoxote...
Azpeitia, kilometro 53; La bajada hasta el pueblo se las trae, se hace peligrosa, hay mucho barro.
Son las tres de la madrugada y aquí ya empiezo a ver algunos abandonos, hace bastante frio, con 36º en la salida de Beasain y ahora no llegamos a los 9ª, me abrigo, como algo y carretera.
Según salgo de Azpeitia me doy cuenta que el frontal no funciona bien, ilumina poquísimo y eso me hace ir muy despacio, estoy bastante preocupado, veo una luz que viene detrás y espero a que me pase para poder acoplarme y aprovecharme de su luz. Me pongo pegado a su culo y le sigo , va muy rápido para mi, pero no puedo ni debo perder su luz, me lleva con el gancho. En ningún momento nos dirigimos la palabra, "mas tarde me di cuenta que era Francés", después de casi tres horas en cuanto amaneció le deje marchar y cogí un ritmo mucho mas cómodo para mi.
El próximo objetivo Tolosa kilometro 77; Hay control de paso y corte de tiempo, aquí tengo una mochila con ropa limpia y un gran avituallamiento. Bastante gente conocida, muchos abandonos y como no... Boris me espera, charlamos, como un buen plato de macarrones a pesar de ser las 8.00 de la mañana y Coca cola, mucha Coca cola. Ojeo el móvil y veo muchos mensaje de las de casa, pufff !!!, me cargan de energía , a partir de aquí mas o menos la mitad de la prueba comienza la verdadera Ehun.
Ya empieza a calentar el sol y estoy muy bien físicamente y enorme de ánimos. Jazkue, Amezketa y Txindoki. Después de ir haciendo las cimas de Aralar empiezo a tener algún episodio de alucinación, "necesito dormir algo". En el avituallamiento de Uarrain los voluntarios tienen una tienda de campaña y me dejan entrar a dar una cabezada, mientras duermo me reponen la mochila y quedamos en que me despierten a la media hora, lo necesitaba.
Me levanto y arranco hacia Lizarruzti, kilometro 116 con mucha chispa. Este control lo paso bastante rápido, mi idea es llegar a Etxegarate (siguiente control) antes de que anochezca, así que lleno líquidos y salgo deprisa.
Son diez kilómetros, pero con continuos sube y baja, barro, mucho barro, donde veo el suelo en varias ocasiones, pero sin importancia.
Llego a Etxegarate a las 21:00, todavía no ha anochecido y después de comer algo, cambiarme de ropa y charlar un rato con Boris "que aquí también me estaba esperando", decido echarme a dormir un rato. Aquí también dispongo de mochila, tengo por delante mi segunda noche, con Aizkorri por delante. Dejo aviso para que me despierten a las 22:00. Logro dormir algo y me levanto destemplado, hace muchísimo frio, hago una llamada a casa, donde me recargan las pilas y arranco hacia arriba, objetivo Aizkorri.
Al salir vuelvo a tener problemas con el frontal, esta vez no son las pilas, hay muchísima niebla y no veo prácticamente nada. Busco una frontal de referencia, pero no veo nada, estoy solo, así que poliki-poliki siguiendo el marcaje tiro para arriba.
Llego al refugio de los Mikeletes, donde hay avituallamiento y me encuentro con algún participante, me alegro "entre comillas", pues pretendo aprovecharme otra vez de la luz de alguno de ellos. Para mi sorpresa me comentan que no suben, están barajando la posibilidad de retirarse, están muy jodidos y creen que aquí se acaba su Ehun, espero un rato mientras como algo y decido seguir solo.
Al pasar por el túnel de San Adrián paro y me siento en el suelo, es la una de la madrugada, estoy solo, en silencio y al igual que durante toda la carrera, cantidad de cosas vienen a mi cabeza, reanudo la marcha y subo Aizkorri a un buen ritmo. Arriba la niebla es muy densa y solo hay un par de voluntarios que me dan una mala noticia.
No puedo continuar, tienen ordenes de no dejar pasar a nadie que vaya solo, la niebla es tal, que la organización teme por la seguridad de los participantes y deciden que solo se puede continuar en grupo, nunca en solitario. Espero unos veinte minutos en el refugio, pero allí no aparece nadie. Les comento que soy de Agurain y que conozco bastante bien la zona, pero no hay manera, no me dejan bajar.
Al rato aparece un chico Asturiano (uno de los que estaba en el refugio de los Mikeletes), decidió no abandonar. Los dos nos vamos hacia Urbia, la niebla, el frio y el viento son acojonantes, y sufriendo un poco, conseguimos bajar. Al llegar a las campas casi nos damos un abrazo, ambos pasamos un rato malo.
hacemos varios kilómetros juntos y cuando empieza a amanecer nos despedimos, decide quedarse en el avituallamiento de Oazurtza, tiene muchísimas ampollas y rozaduras en los pies.
Cojo un ritmo muy bueno y llego a Mutiloa ( ultimo avituallamiento de carrera), aquí también esta Boris esperándome, me cambio de camiseta, como, bebo y poquito de charla, me despido de el y salgo hacia Beasain, me quedan 8 kilómetros, corro y corro, pero ya la musculatura no me reacciona, me pongo un buen ritmo y entro en modo euforia.
39 horas y 51 minutos es el tiempo que dedique a recorrerlos, entrando en meta en la posición 167, aunque esto no tiene ninguna importancia.
Recorrido precioso y duro, muy duro. El voluntariado espectacular, dedicado al corredor en cada kilometro, atento en todo momento. el marcaje de diez, sin ningún problema de desorientación, ni falta de marcas, tanto en los tramos de día como por la noche.
Experiencia espectacular que tal vez.... vuelva a sentir.
Enlace para ver el video: AQUI